lunes, 27 de septiembre de 2010

Sábado 2 de octubre, El río de Rumer Godden



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El río es el escenario, el fondo, los alrededores, es antes y después, lo estanco, lo que no se detiene, un brazo que se extiende, es el comienzo de la historia con la salida del sol y al final del día está la noche. El río Ganges, que nace en el Himalaya y se pierde en la Bahía de Bengala es la vida que lo habita, las islas flotantes, las barcas, todo lo que asoma y lo que se hunde pero también es la muerte, algo sagrado para los hindúes y los muertos, en una ceremonia ancestral, son entregados al río, que es el agua originaria, el lugar de dónde vienen y a donde van a descansar. Allí se lavan, se purifican, lavan sus ropas, transportan y comercian, cruzan de un extremo a otro, toman sol, meditan en las orillas, debajo de un árbol. La naturaleza toda es sagrada. Y se sienten integrados a ese universo. Una piedra, una flor, una víbora es como una parte de cada ser vivo. Así se comunican con todo lo existe y lo que respira.

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Festejan cada acontecimiento como si fuera único. Una fiesta para cada estación del año. Reciben a la primavera. Está la fiesta del Diwali, que representa la llegada del invierno. El Diwali era la puerta por donde entraba el invierno, se la conoce como la fiesta de las luces. En todo el pueblo, se esparcen guirnaldas de luces que iluminan el cielo de la primera noche invernal, luces como luciérnagas que viajan por el río. Está también la danza, una manera de decir, sin palabras, con los movimientos del cuerpo, las expresiones del rostro. Otro ritual. La música que acompaña esta historia de amor. Un triángulo amoroso, como dijo Renoir, entre las muchachas, que podrían ser una sola, representan el mismo sentimiento puro de amor, el capitán John, que perdió su pierna a causa de la guerra y la India. Es más que eso. Es una historia sobre la guerra, las contradicciones, los deseos de tres jóvenes adolescentes que van mutando, conociéndose a sí mismas y a los otros, es una historia sobre la fascinación por las cobras, y sobre la amistad. Sobre la producción de cáñamo y el contraste entre los que caminan descalzos y los que están calzados. Harriet nos acerca a su mundo, latente, vivo, por momentos frustrante, desolador porque el beso que esperaba recibir se lo dan a otra y es la historia del río que desborda en cada página.

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Sobretodo es una historia animada y habitada por niños. Lo sabemos desde el principio. Los niños tienen la misma vitalidad y fluidez del río. No miden las consecuencias, trepan a los árboles, son como animalitos porque no tienen vergüenza de nada. Fluyen, fluyen como las aguas del Ganges. Y no es casual esta intuición porque Rumer Godden amaba la danza, a los perros pekineses y a los niños más que a nada en el mundo. Y es cierto que esta historia podría haber sido la historia de cualquier otro río, de América Nueva Zelandia, Tombuctú y la guerra, podría haber sido como todas las guerras, son todas iguales, por qué existen las guerras, se pregunta Harriet. La historia está llena de personajes maravillosos, como Nan, una especie de niñera que le dice a Harriet que le van a salir lombrices si camina descalza. Un relato dentro de otro relato. El de la joven india que se entrega al Dios Krishna y descubre que se trataba del joven que había visto en el campo y del que se había enamorado. Esta es una historia sobre un río, sobre el descubrimiento de la propia existencia y la infancia que nos enseña Bogui, un mundo fascinado, delirante y frágil, la infancia quedará intacta, viva para siempre con él. Porque su final tiene que ver con un juego de niños. Ese es el lugar donde todo es posible y donde fluyen las historias.



En el encuentro del próximo sábado, bucearemos en una novela extraña y de otro tiempo. Se trata del tránsito de una niña -de la infancia a la adolescencia-, y el río, es una metáfora de iniciación en una tierra lejana, la India. Traducida por León Felipe, “el poeta prometeico”, es toda una incógnita que recorreremos junto al cazador de amaneceres que nos trae un relato de la otra orilla.
Para jugar con la consigna te preguntamos:

¿qué imaginás encontrar en la otra orilla del río?

Eleonora: en la otra orilla encontraré el país de las maravillas con Alicia y todo

María del Carmen: del otro lado de la orilla la esperan sus compañeros porque la mejor manera de andar por la adolescencia es con otros y no se sabe mucho porque tiene que vivirla

Naty: del otro lado del río me imagino encontrar a un gatito negro, chiquito, chiquitito. Osvaldode ojos verdes asomado a la orilla cureoseaba los pecesitos alunares que jugaban a saltar la soga y en vez de saltarla la pasaban por abajo

Daniela: en la otra orilla del río espero encontrar cartas que llegan desde muy muy lejano

Negro Fredy: y...la isla

Tía Julia: mucho verde y florido y ¿por qué no? A un príncipe azul

Ana María: una cabaña, flores, árboles

Horacio: en la otra orilla del río veo animales distintos a los que se pueden encontrar si se lo cruza y se mira de cerca. Tal vez otra gente con otro idioma y costumbres, o nada, sólo espejismos y cosas extraviadas de este lado.

Graciela: del otro lado del río me imagino que hay un montón de carpinchos huyendo de la presencia humana

Isabel: me gustaría encontrar una casa grande para albergar a muchos niños que no tienen donde vivir

Eugenia: espero encontrar un islote de merengue y avellanas para mí sola y sin barro!

Cruz del Carmen: a Platero, bebiéndose la luna!

Roxana: En la orilla del río, encontraría ...otro río con otra orilla, que me llevaria a otro río más con su propia orilla . Cada una más bella, más florida, más verde , con ríos de agua más cristalina Jamás volvería . Una vez que las empiezas a cruzar no puedes parar.

Paula: a Drexler!! Al otro lado del río...

Pablo: a una uruguaya

Nélida: imagino en la otra orilla encontrar un medallón semienterrado, que cuando tiro de la cadena y lo abro, adentro encuentro doblado un papel con dos palabras y un pequeño gráfico.

Pancho: en la otra orilla del río están las comadres, alborotadas por el viento zonda

Osvaldo: hay dos orillas que se me vienen a la mente. Navego por el río Paraná y el río Iguazú. Cada río me lleva a un país distinto. Brasil y Paraguay. En cada río, en cada país una historia diferente. Dos mujeres. En una orilla, Chica da Silva, una esclava, conocida como la reina. Un poderoso señor estaba tan enamorado de ella, que mandó a construírle un lago frente a su casa porque no conocía el mar. En la otra orilla, Elisa Lynch, una guerrera, que curaba a los heridos en las batallas.

Nelba: un selva, una hamaca paraguaya

Adriana: lo que me imagino encontrar en la otra orilla del río es una gran amiga de la infancia para contar historias.

Mabel, Oscar y Pipi: a la otra orilla del río nos gustaría encontrar sinceridad. Un campo con muchas flores. La verdad de nuestra existencia.

Cristian: imagino encontrar todo lo opuesto a lo que vivo de este lado del río

Melina: imagino encontrar la hamaca que tenía a los tres años, donde mi hermana me hamacaba mientras yo tomaba la mamadera

Romina: una isla desierta!

Elena: Al otro lado del río, espero encontrar a mis amigos de la infancia con sus sueños cumplidos: a la que quiso ser doctora, al que quiso ser aviador, al que quiso ser ingeniero,a la que quería ser maestra, etc. Ah! eso sí : todos con la misma edad que tenían cuando éramos niños! Qué loco no?

Por ejemplo, imaginamos encontrar un yaguareté; un cuatriciclo para andar en las subidas y las bajadas; a Siddhartha. Podés escribir a flautitaybaguette@hotmail.com

Flautita y baguette, sábados de 14 a 16 hs por radio futura, 90.5
Se puede escuchar por internet en http://www.radiofuturalaplata.blogspot.com/

1 comentario:

  1. En la orilla del río, encontraría ...otro río con otra orilla, que me llevaria a otro río más con su propia orilla .
    Cada una más bella, más florida, más verde , con ríos de agua más cristalina . Jamás volvería . Una vez que las empiezas a cruzar no puedes parar.

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